Muchos estudiantes y arquitectos de todo el mundo buscan inspiración para sus creaciones gracias a sus viajes o simplemente disfrutan con admirar la belleza de ciertos edificios y poder soñar despiertos. Madrid es famoso por sus bocatas de calamares, su frenética Gran Vía, los domingos de rastro y su espíritu futbolero, pero aún tiene mucho más. En este post, vamos a descubrirte cinco edificios que te encantarán si eres amante de la arquitectura.
Edificios de Madrid.
Te contamos los edificios más emblemáticos de Madrid.
El Caixa Forum
Este edificio es en la actualidad un centro cultural que acoge diferentes exposiciones temporales, pero no siempre fue así. Este edificio se construyó en 1900 como una central eléctrica a partir de combustión de carbón con el fin de dar luz a toda la zona del casco antiguo de la ciudad de Madrid. Tiene una superficie de 1934 metros cuadrados y La Caixa decidió adquirir este antiguo edificio y reformarlo para conocerlo en lo que hoy en día es. La “culpa” de esto la tiene el grupo suizo Herzog y de Meuron, que tomaron el mando y crearon esta belleza en el Paseo del Prado 36. Su obra se terminó e inauguró en 2008.
¿Cómo ha quedado? Pues estos arquitectos mantuvieron las fachadas de la central, pero eliminaron el zócalo de granito que rodeaba la fábrica. De esta manera, abrieron las fachadas en la planta baja, aportando una sensación de flotación. El edificio está formado por dos naves paralelas entre sí, características típicas de las centrales eléctricas de finales del XIX y principios del siglo XX. Está construido con muros de carga de ladrillo macizo sobre zócalo de sillares de granito.
Y las cubiertas son inclinadas a dos aguas, de madera, con un lucernario en la parte central para que entre la luz cenital. Te encantará su escalera en espiral para poder llegar a la parte principal con peldaños metálicos. Asimismo, también puedes acceder a las diferentes plantas del edificio por otra escalera circular. El suelo del edificio está recubierto por una estructura de triángulos de hormigón cuyo dibujo son planos de diferentes inclinaciones. La construcción conecta con una plaza, cuya parte cubierta está hecha de un falso techo triangular elaborado con planchas metálicas. Y sin duda, la joya de la corona de este museo cultural es su jardín vertical de 24 metros de altura y 460 metros cuadrados, obra de Patrick Blanc. En él, podrás encontrar hasta 15.000 plantas, de 250 variedades diferentes.
Museo ABC
Este museo se encuentra ubicado cerca del Centro Cultural Conde Duque y en su día sirvió para acoger la primera fábrica de cerveza Mahou en Madrid. El grupo de arquitectos Aranguren & Gallegos se encargó del proyecto de rehabilitación de este edificio para el nuevo uso que se le iba a dar. En la actualidad, cuenta con más de 3.800 m2 distribuidos en seis plantas, dos de ellas subterráneas, y alberga espacios para exposiciones y eventos. Pensando en su carácter moderno, se utilizó el patio interior como vestíbulo y su parte vidriosa fue para crear una especie de vacío tensionado. Así, hoy vemos un diedro formado por el plano horizontal del suelo del patio y el plano vertical de la fachada interior. Ambos planos fueron horadados por huecos triangulares que dan paso a la luz natural para los espacios que albergan.
Otra de las cosas admirables de este museo, es que se ha creado en la cubierta del exterior del edificio una especie de barra de luz para crear un bonito espacio luminoso en la capital y que se considere a este museo la linterna o luciérnaga de Madrid.
Edificio Mirador
Este edificio es fruto de la arquitectura moderna, ubicado en el barrio de Sanchinarro. Los responsables de esta creación vanguardista son el estudio de arquitectura neerlandés MVRDV y la española Blanca Lleó. Alberga 21 plantas con 156 apartamentos y lo que más llama la atención es su espacio cuadrado de en medio, que tiene un jardín comunitario y unas bonitas vistas. Digamos que se trata de un patio de manzana de 580m2 en la planta y 14,14 metros de altura. Está situado en la planta número 12.
Para poder hacer realidad este edificio, se juntaron nueve bloques independientes alrededor del hueco, como si se tratara de un juego de Leggo. Cada bloque tiene una tonalidad diferente; los colores grises y negros son los que construyen y los naranjas indican la circulación del edificio, porque sus inquilinos pueden recorrer el edificio en pequeñas calles verticales.
Torres Blancas
Torres Blancas es, sin duda, un icono de la arquitectura más innovadora de la época de los 60. Esta maravilla fue encargada al arquitecto Francisco Sainz de Oiza, que la terminó en 1969. Sin duda, fue una de las estructuras de hormigón más complicadas de realizar. Para dar expresividad al edificio, sus pilares y vigas fueron sustituidas por muros portantes. Sin embargo, el proyecto no fue del todo como debería porque en principio iban a ser dos torres y porque además la fachada iba a ser revestida de mármol blanco. El edificio se compone de 21 pisos destinados al uso residencial, salvo los últimos pisos que se dejaron para eventos, cafetería, piscina… Para reflejar la belleza del edificio, el arquitecto eligió una forma semejante al crecimiento de un árbol.
El volumen principal se organiza en formas cilíndricas. Y los espacios interiores presentan círculos y espacios curvilíneos más secundarios. Por su parte, los balcones van subiendo de nivel como las ramas del árbol en una bonita simetría. En el interior del centro del edificio, hay una escalera en espiral que conecta todos los niveles. Y en el exterior, agradables enredaderas y plantas echan raíces desde la base hacia arriba por la fachada.
Carabanchel 17
Este colorido edificio se encuentra en el distrito de Carabanchel. Sin duda alguna, lo más característico e interesante de este edificio son sus terrazas pasantes, dando sensación de ser un espacio flexible que deja pasar la luz. Con su construcción, se trató de trasladar las ventajas que se tiene al vivir en una casa (como el jardín, las vistas etc) a una vivienda en altura. Actualmente alberga 82 viviendas. Sobre el color, había una necesidad de unir varias partes diferentes (digamos algo así como unir a varias familias).
Y no sólo permite identificar cada vivienda, sino que aporta cierta autonomía a cada una.
En resumen, se trata de escenificar unos patios en altura y unas casas divididas en células donde el color es el protagonista. Como ves, cada edificio tiene una fuerte personalidad. ¿En cuál de ellos te gustaría vivir? ¡Cuéntanoslo!