¿Por qué es importante diferenciar entre rehabilitación y reforma?
Al abordar el proceso de restauración de una vivienda, nos encontramos con una serie de desafíos y decisiones cruciales. Este camino, a menudo largo y complejo, así que lo fundamental es entender los diferentes conceptos implicados para abordarlos con mayor precisión. Entre las dudas más comunes se encuentra la distinción entre dos conceptos similares pero distintos: la rehabilitación y la reforma de inmuebles. En este artículo, aclaramos estas diferencias para facilitar tu proyecto, que puedas saber cómo tratan los profesionales de rehabilitación y reforma estos conceptos y puedas hacer mejor tu investigación para tomar decisiones.
Rehabilitación de inmuebles: una necesidad estructural
La rehabilitación es una intervención en aquellos inmuebles que requieren un acondicionamiento a nivel estructural. Según expertos en tasación, la rehabilitación se enfoca en propiedades que necesitan una alteración significativa en sus elementos estructurales, abarcando al menos el 50% de la superficie edificada. Esto implica una modificación funcional o estructural del edificio, necesaria cuando la vivienda está en mal estado y es imprescindible reparar o reponer partes dañadas para garantizar la seguridad.
Este proceso no solo se limita al interior del inmueble sino que también puede incluir elementos externos como zonas comunes, fachadas, tejados, escaleras, e instalaciones de servicios básicos como agua y electricidad. Es importante tener en cuenta que, en muchos casos, la rehabilitación completa de un inmueble requiere una licencia de obra, a diferencia de las reformas.
Algunos de los ejemplos más comunes de una rehabilitación que buscan la mejora de habitabilidad y durabilidad serían:
- Refuerzo estructural: Incluye la sustitución o reparación de elementos estructurales dañados, como vigas y pilares, para prevenir riesgos de colapso. También podría incluir la modernización de sistemas de seguridad contra incendios o la instalación de nuevos sistemas de alarma.
- Restauración para mejorar la estabilidad: Detalla casos como la reparación de cimientos y estructuras dañadas por factores como la humedad, termitas o movimientos sísmicos. Esto asegura que el edificio se mantenga seguro y estable a largo plazo. Este es un detalle importante por el que suelen confundirse rehabilitación y reforma.
- Actualizaciones para aumentar la funcionalidad: Algunos ejemplos son la renovación de sistemas de plomería y electricidad obsoletos, la mejora de la eficiencia energética con aislamiento y ventanas de doble acristalamiento, o la reconfiguración de espacios para adaptarse a las necesidades modernas de vivienda en caso de inmuebles antiguos.
Reforma de inmuebles: un enfoque estético y funcional
Por otro lado, la reforma de un inmueble se caracteriza por ser una obra con un enfoque más estético y funcional que estructural. Cuando se realizan cambios basados en preferencias personales, gustos, renovación o puesta apunto en tendencias, estamos hablando de una reforma. Esto puede incluir la sustitución de materiales, modificación de tabiques, actualización de instalaciones, y no necesariamente implica que la propiedad esté en mal estado de conservación. Las reformas son comunes tras la adquisición de un nuevo inmueble, donde los propietarios desean personalizar la distribución, colores, y acabados. Esta es la diferencia fundamental entre rehabilitación y reforma.
Algunas de las reformas más comunes son:
- Rediseño de interiores: Sin duda la necesidad más frecuente. Incluye ejemplos como la actualización de cocinas y baños con instalaciones modernas, la renovación de suelos y paredes con nuevos materiales y estilos, o la implementación de soluciones de almacenamiento a medida para maximizar el espacio.
- Mejora de la iluminación y ventilación: Cambiar la atmósfera de un espacio con la instalación de nuevas ventanas para mejorar la luz natural y la ventilación, o mediante sistemas de iluminación artificial que realcen la estética del hogar.
- Optimización del espacio y distribución: Reestructuración de la distribución del inmueble, como derribar paredes para crear espacios abiertos, como una cocina abierta, y multifuncionales, o añadir divisiones para crear áreas de trabajo en casa.
En definitiva, la diferencia clave entre rehabilitación y reforma de viviendas radica en su enfoque y alcance. La rehabilitación se centra en la restauración y mejora estructural de un inmueble, abordando problemas de seguridad, estabilidad y funcionalidad, a menudo implicando una renovación extensa que puede requerir permisos de construcción. Por otro lado, la reforma tiene un enfoque más estético, orientado a actualizar y personalizar el espacio, incluyendo cambios en distribución, acabados y decoración, sin necesariamente alterar la estructura fundamental del inmueble. Mientras que la rehabilitación es esencial para la integridad y seguridad de la propiedad, la reforma busca mejorar su apariencia y comodidad.
Tras leer este artículo, ¿te ha quedado claro cuál es la diferencia entre rehabilitación y reforma un inmueble? Recuerda que podemos ayudarte en Studio desde Clikalia a cumplir con tu sueño para tu vivienda con todo tipo de rehabilitación y reforma que necesites.